La Diabetes Mellitus tipo 2 (también llamada “diabetes del adulto”) es el desorden metabólico más frecuente, que afecta fundamentalmente a personas con edad superior a los 40 años, y que en en la mayoría de los casos asocian sobrepeso.
Los pacientes afectados de Diabetes Mellitus tipo 2 presentan niveles elevados de glucosa en sangre, debido a que la insulina generada por el páncreas ( principal hormona reguladora de la glucosa) no es lo suficientemente eficaz.
El control precoz y la instauración de un plan adecuado y personalizado de tratamiento (alimentación saludable, ejercicio físico regular y fármacos) es fundamental para minimizar el riesgo de desarrollo de otros problemas de salud (o complicaciones) derivados del mantenimiento de niveles altos de glucosa, lo que contribuye además a mejorar la calidad de vida y reducir la mortalidad cardiovascular (elevada en estos pacientes).
Entre los problemas de salud asociados a la diabetes, encontramos un amplio abanico de síntomas clínicos y patologías que afectan a todos los sistemas fisiológicos del paciente diabético.
Más concretamente, si tenemos en cuenta la patología oral, entre los pacientes diabéticos existe una mayor prevalencia de xerostomía.
¿Por qué los diabéticos padecen de sequedad bucal?
- En primer lugar, los pacientes diabéticos mal controlados presentan una diuresis aumentada, lo cual conlleva una situación de relativa deshidratación, que dificulta la producción de saliva en una cantidad y composición adecuadas.
- En segundo lugar, los pacientes diabéticos pueden presentar la llamada “sialosis diabética” que se caracteriza por un aumento de tamaño de la glándula parótida (principal glándula productora de saliva) y que conlleva a un mal funcionamiento de la misma.
- En tercer lugar, se han descrito alteraciones en la composición de la saliva de los pacientes diabéticos (fundamentalmente en cuanto a nivel de proteínas y glucosa) que merma su función y además predispone al desarrollo de otras complicaciones locales, como la enfermedad periodontal o la aparición de caries.
Por todo ello, la diabetes es considerada un factor de riesgo para la aparición de xerostomía. Un adecuado control glucémico, la realización de una alimentación adecuada, el mantenimiento de un buen nivel de hidratación y el especial cuidado de la salud bucal son factores clave para minimizar el riesgo de desarrollo de xerostomía, detener su progresión o reducir su sintomatología.