El paciente con tratamiento oncológico es un paciente denominado de riesgo para sufrir xerostomía o síndrome de la boca seca.
Esto se debe fundamentalmente al tipo de tratamiento que reciben estos pacientes, especialmente aquellos donde el tumor se localiza en la cabeza o el cuello. Dicha medicación va a producir una disminución del flujo salival, lo que conllevará numerosas patologías en la cavidad oral asociadas a este hecho.
Tanto la radioterapia como la quimioterapia provocan una destrucción celular o atrofia de las glándulas salivales que se traduce en una disminución del flujo salival. Los primeros síntomas aparecen a los pocos días del inicio del tratamiento (en el caso de la radioterapia cuando las dosis son mayores a 15Gy). Los pacientes manifiestan una sensación de boca ardiente, dificultades para tragar, incluso una modificación del sabor de las comidas por la afectación que se produce en las papilas gustativas. Dependiendo del tratamiento recibido, si se trata de quimioterapia suele ser un síntoma transitorio y puede desaparecer de dos a ocho semanas después de terminar el tratamiento. En el caso de tratamiento con radioterapia dependerá de la dosis administrada que la xerostomía sea de tipo reversible o no.
Esta sequedad produce la aparición de grietas en los tejidos blandos y la inflamación generalizada de éstos.
También la caries será una de las patologías más frecuentes en la cavidad bucal, especialmente las que se localizan en el cuello del diente. En pacientes oncológicos, este hecho se debe a la adhesión de microorganismos en la superficie del diente favorecida por la ausencia de flujo salival.
Durante el transcurso del tratamiento es muy importante que el paciente preste especial atención al cuidado oral. El cepillado debe acompañarlo de técnicas de higiene accesorias como los enjuagues con clorhexidina o el uso de irrigadores bucales, así como de sustancias que ayudan a humidificar la cavidad oral, tales como el xilitol, el sorbitol, la betaína… que las podemos encontrar en formulaciones específicas para el tratamiento de la sequedad bucal: pastas, colutorios y geles dentales.
El papel del odontólogo en pacientes oncológicos es fundamental para ayudar a mejorar el estado de la cavidad bucal. Es importante que antes de cualquier tipo de tratamiento oncológico el paciente acuda a visitar a su odontólogo para un control del estado de su salud bucal y realización de algún tratamiento en el caso de ser necesario y así evitar complicaciones posteriores. A su vez es necesario mantener este control durante el tratamiento oncológico, junto con consejos del cuidado oral en casa. El paciente debe ser en todo momento consciente de los problemas que puede acarrear no prestar atención a la higiene bucal durante el tratamiento con quimioterapia o radioterapia.
Por último destacar que esta disminución del flujo salival es directamente proporcional al tiempo de tratamiento y a la dosis, por lo tanto la afectación será temporal o irreversible en casos donde el tratamiento haya sido muy prolongado o el paciente se haya expuesto a gran dosis de radioterapia. En los casos donde no haya afectación total de las glándulas salivales es aconsejable el uso sialogogos. Estos productos contienen ácido málico u otros ingredientes específicos que ayudan a estimular la secreción natural de saliva y están disponibles en formatos como sprays, chicles y comprimidos. También en algunos casos específicos puede ser útil el uso de fármacos como la pilocarpina.